Varios amigos amantes de la pesca eligieron La Laguna de Chasicó. Estaban reunidos en el salón del buffet y decidieron pasar unos momentos agradables entreteniéndose en algo que les gustaba a todos ellos. Aquilino Rodríguez, Eliseo “Cachirla” González, José Murad Menchiquian “Mura” y Miguel Muglia, y se fueron. Regresaron contentos, pescaron bien aunque no lo que esperaban y sanos y salvos. Porque. Nosotros los vemos bien, pero tamaño susto se llevaron aguas adentro. De repente el bote se queda parado en medio del agua y lejos de la costa. Buscan gasolina y no hay, se acabó. Esperan horas – hoy discuten si fue una o tres- a que los vengan a rescatar. “La costa se veía cada vez más lejos” me dice Miguel. No tienen radio. La profundidad del lugar está entre 14 y 17 metros de hondo. Pusieron un remo con un salvavidas en el extremo, señalizando que tenían problemas. Mojados y tiritando de frío. Lo único que había de contacto con la costa era el tiempo de alquiler del bote y la hora que esperaban de su regreso al puerto. Otro medio que había eran los remos que usaron ‘Cacho”y “Mura”, los remeros, en un intento inútil de acercarse. El miedo y la angustia caló hondo en alguno de ellos. Pensaban que ya nadie se acordaría de ellos. Pensemos una noche fría, ideal para pescar, pero no razonable para quedarse a expensas de las olas, el clima adverso, la lluvia, el intenso frío del Invierno y acrecienta las ansias de ver al ser humano que venga a remolcarlos y sacarlos de esa situación y los más estables calmar a los más inestables emocionalmente. “Nos vamos a morir” dijo en serio uno de ellos. Y vino la lancha salvadora y no pasó nada; y el dueño de la lancha que les decía:
- ¿ Muchachos porque no usaron el bidón de repuesto que está allí guardado en ese estante de la lancha ?
- Había uno solo y fue el que usamos ....
domingo, 19 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario