martes, 21 de julio de 2009

El Presidente Guitarrero

Juan Moreda, el Presidente guitarrero, como me dijo Rinaldo Bordigoni (también ex presidente). En todos los asados tomaba la escoba y cantaba para amenizar la velada. La escoba era su guitarra. En este año se iniciaron las tratativas para los contratos de construcción del techado de la pista y mampostería de 1º y 2º pisos del primer cuerpo del edificio. Se decide comenzar por la construcción del Gimnasio cubierto con chapas de cinc y luego se prosiguió con la mampostería del primer cuerpo del Club levantándose los esqueletos de dos pisos. Luis Mateo el constructor termina el esqueleto del primer piso y ofrece a menor valor hacer el 2º. Piso. No había dinero. Recuerdo que Alberto Amorín nos consultaba personalmente a todos los que concurríamos a diario al Club si apoyaban a la Comisión Directiva para aprovechar esta oportunidad o terminar solo el primer piso. Masivamente le dimos el apoyo y nuestro compromiso para recaudar el dinero necesario para hacer el Club más grande. “Alguien, más adelante terminaría los dos pisos” decíamos. Y no nos equivocamos, vinieron otros que los terminaron.
Se trabajaba duro en muchas tareas manuales. Recordamos con “Cholo” Narbone él Presidente de la S.C. de Básquetbol y yo Secretario, además de estar los dos en la C.D., que con los jugadores de la Primera demolimos la Secretaría que estaba en un desnivel entre planta baja y terraza; necesitábamos dos pelotas para los campeonatos. Los muchachos terminaron la tarea y la C.D. nos compró tres, dos para las practicas y una se guardaba para los partidos oficiales. Hoy en las practicas cada jugadora tiene una pelota, lo mismo en Bay-Fútbol. Mejoramos mucho, que bien.
Se pagaba con la recaudación de la rifa mensual, “con la tómbola”. Casa Piparo entregaba los materiales a pagar cuando se podía. Higinio Mastromónaco asesoraba profesionalmente ad-honoreum las construcciones de esta época.
Y cabe destacar (me dijo Lito, no te olvides de mencionarlo) al socio Domingo “Mingo” Mastromónaco que llegó a vender más de 4500 rifas mensualmente sobre un total de 22.000. Recuerdo que éramos más de veinte personas escribiendo el resumen de la rifa una vez vendida, para poder entregar antes del sorteo un ejemplar del extracto a cada participante; iba a la imprenta, no había computadoras como ahora. Mucha gente colaboraba. Todo el barrio. Y no faltan las anécdotas. Esta forma de recaudar fue copia de la que hacía otro grande de nuestra localidad y sabíamos que no estaba autorizada. Una vez pasó un patrullero de la seccional con personal fuertemente armado; paró en la puerta y preguntó por una calle, etc etc ya que estaban persiguiendo a delincuentes. Nosotros creíamos que venían a ver que estábamos haciendo puesto que era el cierre de “las donaciones”. No se imaginan el destrozo y ocultamiento de los papeles y rifas. Muchos años después seguimos encontrando huellas de los talones; se rehizo todo. Otra fue cuando en una cancha de fútbol de la AFA estaba Miguel Mitre y hubo una gresca; detuvieron a muchas personas y en una seccional debieron sacar sus pertenencias de los bolsillos; hubo que ponerle un abogado. Y la mejor fue cuando Salvador “Cholo” Ventura fue con varios muchachos del Club al Hipódromo de La Plata; al ir a una ventanilla a jugar comenzó a hacer anotaciones sobre la revista hípica –cosa que no se puede hacer- y se lo llevaron a la oficina correspondiente del lugar; tuvo que sacar todo lo que tenía en los bolsillos y estaban los talonarios de la tómbola; llegaron los amigos, hablaron y pidieron por él, explicaron para que las tenía y benévolos lo dejaron ir a su casa.

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