Siendo Raúl Rey Presidente se Inauguración el 1er. Gimnasio Cubierto en una fiesta folclórica con la presencia de Ramona Galarza y Tito Veliz y su orquesta; dos importantes figuras de la música nacional. Pocos clubes de la zona tenían cubierta su cancha deportiva, y es por ello que debíamos resolver la solicitud de distintos clubes para su utilización; tal fue el caso del C.A. Lanús que jugó toda una rueda de su participación en los Torneos máximos del Básquetbol Nacional. Ello fue posible por las comodidades que brindaban las instalaciones.
El deporte tuvo un impulso importante. Se habilitó la práctica de Yudo y un Gimnasio de físico-culturismo.
En cuanto al básquetbol, se oficializó la afiliación a la Asociación de Básquetbol de Almirante Brown, para participar en los Torneos oficiales en la siguiente temporada. Hasta entonces y desde que se disolvió la Asociación 4 de Junio se jugaban partidos amistosos con entidades de la zona en categoría mayores y cadetes. Pero ahora había que cumplir con todas las categorías de divisiones inferiores y también participaron las damas en la categoría Mayores en la misma asociación. Las chicas venían ganando varios torneos que se realizaban en forma no oficial en clubes amigos y el nuestro. Los equipos fueron dirigidos nuevamente por Horacio “Lolo” Carballo
“Cholo” Narbone recuerda, ante mi insistencia, de un ascenso a Primera categoría de las chicas de básquetbol en esta década. Jugaron una final con El Fogón de Mármol en el C.A. Brown de Adrogué, cerquita de nuestro rival. Habían llegado invictas a esa final. El “Beto” Sagaian era el D.T., aquel pibito que venía a practicar el deporte desde que gateaba y que de colado de su hermano mayor lo dejaban divertirse con una pelota en el medio de la pista y nadie se la podía sacar de las manos; luego fue un gran jugador, mejor D.T., excelente amigo y “fana” de Argentino.
Casos de bebes que hacían lo mismo, recuerdo a Paula Castro, que también hizo todas las divisiones inferiores y dirigió equipos de nenas ya ella mayorcita. Es profesora en el Gimnasio junto a su esposo y que casualidad, hoy vive en la casa de nuestro recordado ex presidente Don Raúl Rey. Amante del básquetbol, del fútbol, del folclore y todas las cosas que pasaron por el Club. Hombre honesto y de carácter amable, recto e incapaz de tener discusiones con amigos.
Y te acordás cuando vos eras directivo de la Asociación y Eduardo Sagaian padre era delegado – me dice el “Cholo”- Regresamos tarde de esa reunión donde se trataba algo importante para el Club. Fuimos a eso de la 1 de la mañana a una pizzería importante de Lanús. Y de repente salió una rata enorme de la cocina y una señora abandonó la mesa y se armó un desorden entre los comensales. Nosotros terminamos nuestra pizza a las risotadas relatando como escapaban unos y discutían otros con los dueños.
Y llegó un momento que no teníamos un directivo en la mesa de la Asociación de Alte. Brown. Siempre nos pedían que presentásemos una persona para integrar la lista de la C.D. No sabíamos a quien invitar porque estábamos todos en la C.D. del Club o en las sub-comisiones. Había que viajar todos los Lunes hasta Burzaco o Adrogué. En un partido oficial vino un señor, que yo no conocía, con su familia. Emilio Hermo me dijo que ese vecino era Pablo y se había mudado enfrente del Club. Que había trabajado en el básquetbol cuando estaba la Asociación 4 de Junio como nuestro representante. En un intervalo nos acercamos y me lo presentó.
- Daniel explicale que tiene que hacer para el Club –me dijo Emilio cuando me lo presentó- y yo empecé a decirle lo que ya Pablo Mermerian había hecho en la anterior asociación.
- Yo lo entiendo, pero el reglamento cambió mucho desde aquella época. Ahora tendría que empezar de nuevo, etc etc
- No se haga problema. En la Asociación el Presidente, el Secretario y otros saben muy bien el Reglamento de la Asociación, la Federación de la Provincia, la Asociación Nacional y la Mundial. Despreocúpese de los reglamentos que los irá aprendiendo de a poco otra vez.
- Pero entonces que haría yo para el Club en ese lugar –me decía tratando de esquivar-
- Bueno, solamente emplear su buen criterio y ecuánime para dirimir cuestiones y con su presencia no dejar perjudicar al Club, tratando de ser imparcial. Eso es lo que nos piden. Y además me comentaron que Ud. puede hacer esa parte.
Palabras más o menos y con la ayuda de Emilio logramos que acepte. Y ocurrió lo que pensamos que iba a pasar. Lo reeligieron varios años. Y logró que el Presidente nos trajera en su coche todas las reuniones hasta la puerta de la casa desde Burzaco y/o Adrogué donde nos reuníamos. Y el Reglamento se lo aprendió todo en pocos meses. Y a veces lo encuentro por Lanús –se mudó de la cuadra del Club- y no podemos olvidar todas las cosas que hizo en ese cuerpo directivo, para la asociación, para el club y para los que jugaban al básquetbol.
Un día se acerca un muchacho a una práctica de básquetbol masculino. Explicó que representaba a un grupo de jóvenes de una Iglesia que hacía sus feligreses hagan experiencia en distintos países del mundo. Esos muchachos venían de EEUU – no recordamos con el “Cholo” de que ciudad- y querían distraerse un poco jugando algún amistoso de básquetbol; que jugaban medianamente bien, etc etc. Acordamos un fin de semana libre de partidos. Y antes de irse nos dijo si hacíamos un asado se quedarían a comer porque querían probar la carne argentina. Nos dijo cuantos eran y preparamos todo. Se jugó el amistoso, casi una practica, les prestamos camisetas –en esa época había dos equipos y alguien los llevó a lavar por si los necesitábamos para la próxima fecha oficial- ganaron nuestros muchachos y comimos el asado. Ellos hablaban en inglés y de nosotros algunos algunas palabras y frases del secundario. No nos podíamos entender. El que los había contactado vino a los postres muy tarde. Y se imaginan que entre nosotros había quien los cargaba pensando que nadie de ellos entendía el castellano. Pero de repente uno de los visitantes nos dijo en perfecto castellano acriollado que le dijéramos cuanto debían pagar por el asado. Y se rió cuando nos pusimos serios por haber dicho algo inconveniente. Y dijo que estaba todo bien y que agradecía el recibimiento y que él vivía en Banfield. El “Cholo” le dijo que debíamos hacer las cuentas y allá fuimos.
Me dijo: -“viste que estos tipos tenían dólares”
- Si Cholo y que . . .
- Hace bien las cuentas que tenemos que comprar pelotas y camisetas que no tenemos
- Bueno pero .....
- Ellos pagan a nuestros jugadores; calcula el doble y un poco más.
- De cuerdo. Así hice y quedó dinero para comprar dos o tres pelotas que estaban caras en ese momento. La cotización del dólar permitía a los turistas del otro hemisferio hacer unas lindas vacaciones con poco dinero.
Los visitantes se fueron contentos. Fijamos una nueva fecha para otro amistoso, pero sin asado .
Estamos en la década del 70. No recuerdo precisamente el año. Estábamos en el primer año de participación en la Asociación de Alte. Brown. Llegamos primeros con Villa Calzada. Nosotros ganamos de locales en la primer rueda y ellos ganaron y nos empataron el primer puesto en la última fecha en su cancha. Por razones de organización el Consejo Directivo de la asociación decidió que se jugase un Miércoles. A Enrique “Quique”Carballal se le había terminado la ficha de Juvenil para jugar en Primera (se compraba y duraba 5 fechas). El Secretario de la asociación atendía solamente los Jueves y estaba reglamentado así. El cambio de día no era normal puesto que se jugaba Sábados o Domingos. Me fui con casi toda la S.Comisión –numerosa en ese entonces- a la casa particular de Don Villalba. Nos atendió pero no quiso romper el reglamento y no nos vendió la ficha por 5 partidos más. Volvimos a la cancha de Calzada enojados. Emilio Hermo reemplazaba al “Lolo” Carballo en la dirección técnica porque estaba suspendido. Habían llegado dos micros llenos de gente y otros en sus coches. Parecía que volvía la época de las grandes hinchadas. El Presidente de Calzada Don Muñoz, un amigaso, había traído mucha gente de su campo en camiones ganaderos y había uno con un cencerro haciendo un ruido bárbaro. Antes del partido ya hubo un encontronazo entre uno nuestro y otro de ellos. Los calmamos los delegados. Si nosotros ganábamos éramos campeones y a Primera, caso contrario había una final. Emilio sin “Quique” se puso incómodo. Yo en la planilla y el de Calzada en el reloj.
- Si el juez “no viene en hora nos vamos”-dijo Emilio. El Presidente del Club Calzada se puso al rojo vivo.
- Como se van a ir. Ya la gente pagó su entrada, etc etc
- Y vos vas a tener que traer a los gauchos otra vez –le acercó Emilio- y agregó dirigiéndose a mí con firmeza: - y vos me cerrás la planilla a las 21,30 hs si no viene el juez en hora (Era Murillo que venía de Flores hasta Calzada y que no era muy amistoso con Argentino)
- Son las 21,31 cierro.
- Esperen que está entrando el juez
- -Ya cerré nos vamos.
Y nos vinimos con los dos micros y no se cuantos coches, gritando sin “Quique” no jugamos.
La asociación fijó fecha para el Miércoles siguiente a la misma hora
Y volvió a pasar lo mismo. Murillo llegó 21, 40 hs y nos fuimos gritando otra vez las mismas canciones. Para esta vez ya eran tres los micros llenos hasta los estribos y una fila interminable de coches y muchos otros hinchas que fueron en tren.
Fijaron otra fecha para el otro Miércoles. La cantidad de gente que vino de Argentino no cabía en la cancha, sino que no entraba en el Club Calzada. Los cantos y gritos de los nuestros superaban los ruidos de los paisanos con varios cencerros que habían traído esta vez. Calzada ganó por un tanto y fuimos a la final.
Yo delegado y Héctor Castaño Sub-delegado fuimos a la reunión de la asociación. Antonio Casais era Consejero y Secretario de Actas. Deciden que el desempate se realice en el Club Brown de Adrogué, donde se reunía el Consejo. Nosotros habíamos propuesto Luz y Arte y teníamos el apoyo de estos, Lafuente, Quintana, El Fogón y otros, pero no pudo ser. Entonces venía la designación de los jueces. Propuso el Presidente a Martinez y Cácharo (primo de nuestro “Lolo” Cácharo y ex – juez de la 4 de Junio). Martinez estaba por ahí tomando un aperitivo y aceptó ( a nosotros no nos gustaba) y quedaron en llamarlo a Cácharo. Con Armando Lapelosa lo ubicamos en Satélite –era Gerente- y nos fuimos a verlo yo y Lito Ricci. Le comentamos todo lo acontecido, que lo iban a llamar para notificarle la designación. Nos dijo que nos quedemos tranquilos que él con Martínez no dirigía esa final y que lo haría solo. Así fue. Y un Domingo se jugó el partido. Fue más emocionante que en Calzada. Fueron más de tres micros, camionetas, coches, en tren, en colectivo; toda la Comisión Directiva con Juan Moreda a la cabeza. Juancito –presidente-que había ido a los partidos en Calzada me preguntó:
- Todo tranquilo Spagnolo, no sea cosa que empecemos como antaño ( Juan era uno de los que pegaba fuerte . . . antaño)
- No Juan, está todo tranquilo, no va a haber líos –lo tranquilicé-
Yo estaba ubicado en un escenario de ese Gimnasio descubierto por los costados, en el reloj y mi colega en la planilla. El de Calzada era de cuidado y casi no podía mirar el partido controlándolo. El partido iba tanto a tanto hasta los minutos finales. Faltaba un minuto y algo y con un doble (no existía el triple) quedamos un punto arriba. Faltaban segundos y estábamos 31-30 y Hugo “Cara de Goma” Vázquez en vez de retener tira un gancho que no le conocíamos; nunca lo había practicado. La pelota no bajaba nunca. Una eternidad eran esos segundos y embocó ese gancho. Abrazos, risas, lágrimas y sonó el timbre final. El juez dá por finalizado el partido. Yo salto a la cancha y dejo al de Calzada cerrando la planilla. No pensaba en nada más que el triunfo y abrazarme con los se me cruzaban. Y “El Francés” Juan Carlos Aurignac me vió: “andá arriba que te mete el perro ese....” y me volví.
Los primeros que llegamos al Club armamos una larga mesa con cerveza y gaseosas y festejamos. Los muchachos del equipo se querían quedar con las camisetas de recuerdo. No pudimos dejárselas, no había otro equipo de camisetas. “Chiche” Alberto Petrino, Armando Lapelosa y Oscar Castaño (Capitán) las recogieron y descolgaron de los tableros y cabriadas del gimnasio y se las llevó Chiche para lavarlas. Eran las azules que nos había donado la Municipalidad de Lanús. No había otras para el próximo campeonato. Nadie dijo nada, siguió la fiesta y pagamos las cervezas haciendo la romana entre los que podíamos y los jugadores también. Era otra época. Como era habitual, a los pocos días hicimos el asado en homenaje a los campeones. Estuvo Cácharo –el juez-, alguna autoridad municipal y el dueño del periódico Vida de Lanús y muchos socios y amigos.
martes, 21 de julio de 2009
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