martes, 21 de julio de 2009

1944 - Básquetbol

Los clubes de barrio, inicialmente creados como el nuestro para la práctica de fútbol, fueron incorporando otros deportes y actividades recreativas. De éstas, la más aceptada por los vecinos fue y es el básquetbol. Mucha adhesión tuvo en nuestras instalaciones desde su inicio. Se jugaban partidos amistosos . Más adelante en la década del 50 se forma la Asociación de básquetbol 4 de Junio. Entonces los Torneos y Campeonatos hacían de una competencia regular en pocas divisiones: Primera, Novicios, Cadetes e Infantiles.
La rivalidad (por entonces se decía “pica”) entre Argentino y Lafuente, hacía que multitudes se movieran por las calles entre ambas instituciones en ocasión de los partidos. “El barrio quedaba vacío” me dijeron siempre los que jugaron en esos equipos. “La gente no cabía en las canchas” me dice Olga Souto. ¿ Nunca hubo una gresca con ellos, de las habituales en esas épocas ? “Nené” Condo me comenta que no es así, las hubo y no me relata nada. Cholo Narbone tampoco me cuenta; pero Olguita Souto me dice que se acuerda que el Cholo de una piña desparramó a tres de una vez. Hoy, después de tantos años se saludan se abrazan y se besan a la costumbre actual como buenos amigos de aquellas jornadas inolvidables. En cancha de Lafuente “Pichón” Ubaldo Chaves tiró una pared que estaba medio floja, y arrastró en su caída a un loro que murió en el hecho. Raúl “Cholo” Narbone me comenta que El Gordo le puso un tacho encima del loro y así “falleció” y a continuación comenzó la gresca de turno. Debemos decir también que la superioridad de Argentino fue notoria por años. “No nos podían ganar nunca y en ninguna categoría” me comento Cholo. Una vez hicieron un campeonato de tiro a la red. Lo ganó “Pirañita” Roberto Cedrón que jugaba en Cadetes y nada menos que a Reyna de la Primera de Talleres que trajeron para jugar en Lafuente; y le ganó un par de zapatillas que La Escuela había puesto como premio. “Nosotros los cargábamos siempre, porque no nos podían ganar; cuando jugábamos en otras canchas o en la de ellos pasábamos varias veces por la sede dando vueltas a la manzana y le gritábamos . . .” También hubo muchos cambios de clubes de jugadores entre ambos quintetos.
Otros clásicos fueron Argentino y Luz y Arte –donde jugaban integrantes de Talleres, como Reyna- Otro clásico fue Argentino y Progreso de Monte Chingolo –donde jugaban integrantes de Independiente- En esos años nuestra Asociación no dependía de las entidades madres del deporte, y por ende, los jugadores podían participar en clubes de distintas asociaciones. “Argentino nunca trajo jugadores de clubes que jugaban en Primera de la Asociación Capital”, me tira un hincha orgullosamente. Los hermanos Percuoco, jueces, eran los señalados como los precursores de las innumerables grescas entre las parcialidades y jugadores. Recuerda “Nené” Condo que al mediodía de aquella final con Luz y Arte en Argentino, habían almorzado un asado con un invitado y su esposa embarazada, que era uno de los hermanos Percuoco. A lo noche el partido final, quien ganaba era el campeón. Sobre el final, Argentino perdía por un tanto. Foul y lanza “Tito”Souto. La pelota gira sobre el aro y al caer la toma “El flaco” Lemus y hace el doble. Gana Argentino y es Campeón por un tanto sobre Luz y Arte; pero el juez anula el tanto porque entiende que Souto lo hizo a propósito – le explica al capitán del equipo. Se utilizaba ese método y era reglamentario. Acto seguido terminó en una gresca total entre las hinchadas.
Entonces les pregunto a “Nené” y a Francisco:
- ¿ Cuando y contra que Club no hubo grescas ?
- Siempre hubo “piñas” –me responde Francisco Gentile
- Pero si me acaba de decir “Nené”-presente- que Percuoco dirigía bien
- Daniel –me dice Francisco- aunque hubiera estado todo bien, igual había “piñas” ; ¿o no nos entendemos? – y se rieron todos picarescamente.
Me comenta Armando Ricci que el D.T. fue Ángel Bonano, luego “El Gordo” Jorge De Luca y más adelante Horacio “Lolo” Carballo que vivía en Wilde, y desde allá se venía. También lo contratamos en la década del 60 cuando reiniciamos esta actividad y cuanto nos costó convencerlo de dirigir a las chicas que habían retornado al básquetbol. Miguel Lemus y Rubén Osvaldo “Tito” Souto pasan a Primera División de la Asociación Capital en el Club Gimnasia y Esgrima de Lanús, siendo un gran acontecimiento. La Asociación 4 de Junio fue disuelta en 1955 por razones políticas. En esa década en la mesa de control actuaban Armando Lapelosa y “Pituso”; y después de los partidos todos los jugadores eran invitados a los asados que hacían Don Manuel Souto o la Flia Guidobono.
Partidos inolvidables, porque todo el barrio siempre me los mencionó, fueron: en cancha de la Escuela Infantil Lafuente cuando murió “el lorito”que había allí. Cuando 9 de Julio de Lanús Oeste vino a nuestra cancha y uno de sus hinchas, para alentar a su equipo, movía sin consideración uno de los pinitos plantados al costado de la cancha. Estaban los pinitos entre las mesas y sillas de cemento alrededor del rectángulo del básquetbol. Pascual Petrino lo previno que no siga y de repente “lo durmió” con un derechazo; lo que siguió después, como siempre 200 personas pegándose, a tal punto que un vecino nuevo (Vallejo) recibió una mano y pasó por encima de una pila de cajones de cerveza. Luego luchó espalda con espalda con su nuevo amigo (Lito). Recuerdan los muchachos que alguien (Don Hortencio otros me dicen Don Nicanor) cerró las puertas para que no entre gente contraria desde la calle y fue peor porque la batahola no terminaba nunca. Otro partido bravo fue la final con Progreso. La Asociación la hizo jugar en Barceló, perjudicando a Argentino que resultó en Segundo puesto. Argentino tenía un equipazo. Esto me lo refirieron en la actualidad hinchas de los otros clubes antes mencionados – consulté a todos- La C.D. les hizo una fiesta espectacular. Angelito Maffullo era juez de la Asociación, José D’Alessandro masajista y Luis Pagani con “El Negro” Expósito los preparadores físicos. Argentino fue campeón en Cadetes e Infantiles. Este fue el último Campeonato de la Asociación 4 de Junio.
Los Buzos los fuimos a comprar en un comercio de La Plata con Armando Lapelosa –me dice el “Cholo” – Con ellos hicimos la gira a Córdoba en Río Cevallos. Entre los que recuerda fueron Gioia, Schneider, El “Gordo Panadero” y de Delegado Armando Lapelosa. Paramos en una hostería de Federico García –radicado en ese momento en el lugar- Esos buzos fueron los que usó el equipo de Primera y otros muchachos del básquetbol en el desfile deportivo que se realizó en la Capital federal en Homenaje al Presidente de la Nación, Juan Domingo Perón. Alberto Costoya, que era Presidente en ese momento, me lo recuerda y me lo repite especialmente. Al parecer ese fue el motivo de la compra de los famosos y muy recordados buzos, estar bien vestidos para el desfile. No todos los Clubes fueron invitados. Yo llegué a ver esos buzos y sé de muchos que los tienen guardados en sus roperos y otros que se los obsequiaron a sus hijos y sobrinos. Fueron toda una leyenda. Y que anécdota me podés contar de esa gira.
- Un día le pedimos a un lugareño que queríamos andar a caballo. Al otro día:
- Acá les traigo los caballos que me pidieron –dijo llamando el amigo cordobés-
- Hacelos pasar – le contestó alguien desde la pieza-
Mencioná también –me pidió el “Cholo”- que trabajaron mucho Armando Lapelosa ( yo también estuve en S.C. y C.D. con Armando), Fito Drigani, Tito Rosari y Maffullo el excelente referí y socio del Club
En la década del 50 y también años más adelante ( 60, 70, 80), era tradicional hacer un campeonato Interno de Básquetbol. Se anotaban todos, los que sabían jugar eran los capitanes y los otros completaban. Se hacía para Mayores y Menores y masculino. Era para reírse y también para discusiones. Recuerdan el “Cholo y Nené” cuando “Conopla” hizo un doble encestando en el aro de su equipo – esto me lo repitieron incansablemente socios y vecinos- También un problema era ubicar a Mariano Alba con sus 2 metros de altura, todos lo querían en su equipo. Otra cuando se anotó el “Gordo Lorenzo”; se cae al suelo en una jugada y no lo podían levantar entre varios y ahí se terminó el partido. De jueces hacíamos los que jugábamos en los equipos; recuerdo una vez que tal era la discusión interminable que me fui a mi casa y alguien me vino a buscar para que siguiera dirigiendo. El campeonato no terminó. El premio era una medallita para los primeros y segundos, que los acreedores guardamos con mucho cariño. Yo tengo una

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