Ese día “Coco” era el Tesorero del Club.
Como llegó a serlo.
Confiábamos ciegamente en él.
Tres socios designados por la Asamblea estaban formando una lista de C.D. porque hubo muchos años que nadie se hacía cargo del Club, y se resolvía con este procedimiento.
Estábamos en la vereda discutiendo los motivos de estos vacíos de autoridades. En un momento “Coco” me dice que a él nunca lo invitaron a formar parte de una comisión. Para qué, si faltaban voluntarios.
Le retruqué que el debía acercarse para ayudar, etc etc. Y si él quería lo hacia anotar en la lista que se estaba formando. Me hizo un gesto afirmativo. Lo llamé a Antonio “Tonino” Mastromónaco, uno de los tres encargados, le comenté delante de Coco.
Hubieras dicho antes, te pongo de Tesorero. Que no, se achicó, que si, que no y quedó en la C.D. Más adelante fue Tesorero del Club. Y lo fue por muchos años con varios presidentes. Ocupó otros cargos en la C.D.
Todos los días estaba en el Club, hasta que notamos que hacía dos días que faltaba y sin avisar a nadie. Su más cercano amigo Eliseo “Cachirla” González tampoco sabía de su ausencia.
Fueron varios hasta la casa y había muerto.
Coco era renuente a depositar el dinero en la cuenta corriente del Banco Provincia y nadie sabía donde la guardaba. Con la Madre revisaron toda la casa y nada se encontró. Entonces le dimos de baja contablemente al saldo de Caja.
Al año aproximadamente, la Mamá se puso en contacto con la C.D. y entregó una caja que en algún momento albergó bombones. Allí estaba todo el dinero y un plano con el proyecto de construir una pileta de natación en el Club; había encontrado esa caja y otras en el fondo de la casa sobre una pila de escombros.
Hoy en el 2003 sabemos muy bien que bien estaba guardado ese dinero de la Institución, por las incautaciones bancarias.
Esa caja vacía la guardo en mi domicilio particular, de recuerdo.
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